“Son partidos de 180 minutos”, es una de las frases hechas de nuestro fútbol más utilizada cuando se juegan series eliminatorias. Son los famosos playoffs (duelos de ida y vuelta entre dos equipos) y entre ambos partidos suman 180 minutos de juego. Atlético supo jugar este tipo de enfrentamientos antes de iniciar su periplo internacional en la Copa Libertadores.
El viejo Argentino A (ahora Federal A) tenía, para llegar a la gloria, obligatoriamente estas instancias e incluso la última vez que Atlético disputó lo que encarará dentro de poco más de un mes ante El Nacional de Ecuador, fue en 2008 ante Racing de Córdoba.
El equipo de Jorge Solari, a diferencia de lo que sucederá ahora, empezó la serie de visitante. Perdía 2 a 0 y el gol de Claudio Sarría dejó un mejor sabor en la boca de los “Decanos”.
El partido de los “180 minutos” cobra vida en casos como este ya que ya la frase hace alusión a que pese al resultado en la ida, hay tiempo (un partido más) para cambiar la historia. En la vuelta, el 2-1 se repitió pero a favor de Atlético y el desenlace fue mediante una serie de penales histórica.
Haga lo que haga Atlético en el primer partido tendrá la chance de remontarlo en el segundo y lo mismo les cabe a los ecuatorianos, en caso de que encajen un resultado negativo.
El club ha empezado a asimilar el enfrentamiento. Ya pasaron casi nueve años desde la última vez que Atlético disputa algo así. “Todo va a ser una experiencia nueva en la Copa. Algunos ya sabemos como se juega. Incluso jugamos en la altura, como sucederá ahora. Tendremos que prepararnos bien”, asegura Leandro González.
Para encontrar la última definición de Atlético en estos mano a mano jugando de visitante la revancha hay que remontarse un poco más atrás: la reválida del Argentino A 2004/05. Luján de Cuyo sacó un empate en el Monumental (sin goles) y ganó 1 a 0 en Mendoza.
Ésta es sólo una de las extrañezas que experimentará Atlético en la Libertadores. Pero la confianza es tan grande que ningún obstáculo parece insuperable.